¡Vuelven los tarros de cristal a la cocina!

Almacenar alimentos

Elaborar conservas

La primera función de un tarro es almacenar alimentos. Se trata del recipiente perfecto para conservar confituras, compotas, mermeladas, pistos o judías verdes. Asimismo, permite disfrutar de deliciosos platos caseros elaborados con frutas y verduras fuera de temporada. Hacerlo resulta de lo más fácil:

• Lava, aclara y seca tus tarros;
• Cocina tu plato, cuece tus frutas o escalda tus verduras crudas;
• Vierte tu preparación en los tarros hasta que el contenido llegue a dos centímetros del borde;
• Cierra los tarros y, después, esterilízalos en una olla a presión, por ejemplo;
• Comprueba que estén bien cerrados, etiquétalos y guárdalos fuera del alcance de la luz.

Luego podrás degustar los platos que hayas preparado durante los meses o incluso años posteriores. Solamente necesitarás un abridor de tarros para disfrutar de tu salsa de tomate o tu confitura o mermelada de fresa tal como la hayas elaborado.

Alimentos guardados en tarros de cristal

Preservar alimentos y preparaciones

También puedes utilizar tus tarros de cristal para guardar alimentos secos. Tanto en las tiendas de alimentación ecológica como en las grandes superficies existe actualmente una amplia sección de productos a granel en la que puedes comprar cereales, pasta, lentejas e incluso café en grano y galletas saladas. Así podrás hacer un consumo responsable comprando solamente la cantidad que necesitas y evitando el despilfarro de alimentos.

Asimismo, puedes utilizar los tarros para guardar productos de limpieza de elaboración casera, por ejemplo, un espray limpiador. Aquí tienes la receta para elaborar uno:

• Pon a marinar unas rodajas de limón en vinagre de vino blanco durante 15 días dentro de un tarro guardado en un lugar fresco;
• Filtra la preparación;
• Viértela en un frasco y añade un poco de agua.

Puedes utilizar este espray para limpiar todo tipo de superficies. Y además, disfrutarás de un ligero aroma a limón.

Nicho de almacenaje encastrado en armario blanco y de madera, ideal para guardar tus tarros de cristal.

Fermentar alimentos

Hacer germinar semillas

Los tarros pueden servir también para fermentar alimentos, siempre que estén bien esterilizados para evitar cualquier riesgo sanitario. Por ejemplo, en ellos se puede hacer germinar semillas como las lentejas, los garbanzos o las almendras:

• Aclara y pon en remojo las semillas secas;
• Viértelas en un tarro bien limpio y añade agua para humedecer las semillas;
• Cierra el tarro con una estameña y una goma elástica y colócalo boca abajo inclinándolo sobre el borde de un plato hondo, por ejemplo;
• Enjuaga las semillas dos veces al día hasta que salgan los brotes.

A continuación, bastará con aclarar las semillas germinadas para poder degustarlas. Su concentración de buenos nutrientes las convierte en un aliado inmejorable para cuidar tu salud.

Fermentar frutas y verduras

Para comer frutas y verduras todo el año, también puedes fermentarlas en tarros. Aunque lo más habitual es pensar en el chucrut y los pepinillos, todas las frutas y verduras pueden fermentarse. Solo tienes que elegir unas que estén sanas y no excesivamente maduras y, después, meterlas en salmuera:

• Llena un recipiente grande de agua y déjalo al aire libre durante 48 h para que se evapore el cloro;
• Enjuágalo, sécalo y pon a secar las frutas y verduras;
• Quita todas las impurezas de las hojas y los tallos;
• Mételas a presión en un tarro, recúbrelas de agua y añade una cucharada de café de sal gorda.

No tendrás más que esperar entre 48 y 72 h para consumir las frutas, o 5 días en el caso de las verduras. El proceso de fermentación hace que los alimentos resulten más digestivos y sean especialmente ricos en probióticos.

¡Con los tarros de cristal podrás conservar frutas y comerlas todo el año

Elaborar tu propia levadura

Si eres amante del pan, puedes intentar elaborar tu propia levadura. Se trata de un hongo microscópico que permite conseguir un pan fácil de digerir y con la miga bien abierta. Necesitarás harina (preferiblemente ecológica), agua no clorada y algo de paciencia:

• Bate 20 g de harina T65 junto con 20 g de agua a temperatura ambiente, vierte la mezcla en un tarro grande bien limpio y seco y luego cúbrelo con un paño húmedo. Déjalo reposar sin prisas en una esquina de la encimera de tu cocina completa;
• Al día siguiente, añade 40 g de harina y 40 g de agua, mezcla todo y vuelve a cubrir la mezcla;
• A los dos días, añade 80 g de harina y 80 g de agua, mezcla todo y vuelve a cubrir la mezcla;
• El cuarto día, añade 100 g de harina y 100 g de agua, mezcla todo y vuelve a cubrir la mezcla.

Si la levadura cuaja bien, se formarán pequeñas burbujas, lo que significará que está lista para usar. Puedes utilizarla para hacer pan, tortitas o un pastel, calculando 20 g de levadura por cada 100 g de harina. Para mantenerla viva, añade cada día una misma cantidad de agua y harina. Así podrás conservarla varios meses.

Elaboración de pan con levadura en una mesa fabricada con paneles 100 % reciclados.

 

Cabe añadir que no todos los tarros están preparados para someterse a tratamiento térmico. Dicho de otro modo, dependiendo de los tarros que elijas, habrá algunos que no sirvan para esterilizar, por lo que te recomendamos optar unos que son totalmente esterilizables.

Organizar y decorar la cocina

Una despensa bien organizada

Los tarros de cristal son perfectos para organizar tus provisiones. Este tipo de recipientes mantiene los alimentos secos y preserva tus conservas de frutas y verduras. Recuerda ponerles una etiqueta identificativa para no olvidar lo que contienen. Puedes utilizar rotuladores o pegatinas para indicar el año de preparación y, por qué no, añadir observaciones, por ejemplo, «tomates del huerto de la abuela» o «confitura elaborada con las moras que dejaron los golosos». Así tendrás provisiones bien ordenadas y armarios llenos de recuerdos.

Mueble alto con espacios de almacenaje en vertical llenos de tarros de cristal para organizar tus provisiones.

Elementos decorativos

Ante todo, los tarros tienen que resultar útiles. Pero nada impide utilizarlos como objetos decorativos. Por ejemplo, puedes instalar estantes abiertos en tu cocina gris y negra de estilo mineral. Para adornarlos y añadir un toque de color, puedes colocar en línea varios tarros llenos de alimentos secos, como lentejas de distintos colores, pasta de diferentes formas o incluso alubias. Así aportarás calidez a la estancia sin perder de vista tus provisiones. Los minitarros también pueden servir para colocar pequeñas plantas en tu cocina, por ejemplo, plantas suculentas. Con ello permitiremos que entre un poco de naturaleza en una cocina moderna con cristalera y encimera con aspecto de hormigón encerado.

Tarros decorativos colocados sobre una cómoda de entrada con aspecto de madera y tablero de cerámica.

Objetos ecológicos

Aliados para cuidar nuestra salud

Los tarros tienen numerosas ventajas para nuestra salud. Al ser de cristal, no contienen ningún elemento perjudicial que pueda mezclarse con los alimentos, lo que los convierte en recipientes muy saludables. También permiten alargar la vida de los alimentos. Como se cierran herméticamente, mediante una tapa de rosca o una junta con sistema de cierre mecánico, puedes conservar en ellos bebidas y sobras de alimentos. Así evitarás desperdiciar comida y te acercarás al objetivo de generar cero residuos en la cocina. Las conservas, por su parte, pueden guardarse durante al menos un año y siempre resultan comestibles al cabo de varios años, aunque pierdan un poco de sabor y algunos nutrientes. Con todo, gracias a las conservas podrás comer frutas y verduras fuera de temporada sin tener que traerlas de la otra punta de Europa.

Prepara tus potitos caseros y consérvalos en tarros de manera totalmente segura.

Una sencilla manera de proteger el planeta

Los tarros de cristal son 100 % reciclables. Si los tiras a los contenedores de vidrio, no estarás generando residuos. No obstante, a menos que se rompan, podrás utilizarlos indefinidamente. A diferencia de los recipientes de plástico, que pueden mancharse con el uso o perder hermetismo, basta con hervir cinco minutos los tarros de cristal para que vuelvan a estar como nuevos. Acuérdate también de esterilizarlos con agua hirviendo antes de utilizarlos por primera vez para evitar riesgos sanitarios. Y si tienes demasiados, siempre puedes usarlos como portalápices o portavelas.

Consulta el calendario de frutas y verduras para elegir qué productos conservar en función de la temporada.