Triangulo de trabajo: descubre como optimizar tu cocina

1. La zona de almacenaje: almacenaje de alimentos perecederos y no perecederos (frigorífico y mobiliario).
2. La zona de preparación/cocción: la encimera y las fuentes de calor (placa).
3. La zona de lavado: fregadero y lavavajillas.

¡Tu cocina no es un gimnasio! Hay que racionalizar los movimientos, facilitarlos y evitar recorrer kilómetros inútilmente. Eso es lo que un triángulo de trabajo bien diseñado debe permitirte. Para ello, es importante que la distancia entre las tres zonas principales mencionadas anteriormente sea más o menos la misma y que no sea demasiado grande aun cuando cuentes con un espacio amplio.

Zona 1: Consejos para habilitar una zona de almacenaje sumamente funcional

Objetivo: Minimizar los movimientos entre los diferentes espacios de almacenaje de productos frescos y alimentos no perecederos (ultramarinos, botellas, etc.).

Distribución más ergonómica: Colocación del frigorífico/congelador cerca del mueble de almacenaje o viceversa.

Ventaja: Ahorro de tiempo, movimientos y desplazamientos tanto para descargar las bolsas de la compra como a la hora de cocinar.

Solución ideal: Un conjunto de armarios sumamente funcional que incluye, por un lado, el armario bodega para los alimentos no perecederos y, por otro, el frigorífico. Una solución muy ergonómica tanto para guardar los artículos de la compra rápidamente como para almacenar en un mismo lugar todo lo que necesites a la hora de cocinar.

Zona 2: La importancia fundamental de la ergonomía de la zona de preparación-cocción

Consejos de experto y prácticos equipamientos para que solo tengas que ocuparte de disfrutar cocinando.

Objetivo: Evitar acciones inútiles y agotadoras manteniendo todo al alcance de tu mano.

Distribución más ergonómica: Una placa de cocción encastrada en una encimera perfectamente ajustada al tamaño que necesitas y situada cerca de un horno y un microondas a la altura de los ojos.

Ventaja: No solo más practicidad, sino también más seguridad.

Solución ideal: Los muebles 3D FIT, que han desbancado a los muebles estándares. Este sistema posibilita un equipamiento a medida con respecto a las 3 dimensiones: altura, anchura y profundidad. El diseño 3D FIT garantiza verdaderamente la ergonomía, optimiza la capacidad de almacenaje y permite gestionar el espacio a la perfección.

Extras para ganar en confort: Encimera auxiliar de mayor profundidad: mucho más práctica para cocinar fácilmente sin tener que moverse a diestro y siniestro para colocar un robot, utensilios, etc. Podemos tener todo a la vista.

Zona 3: Acciones naturales y movimientos sin esfuerzo en torno al fregadero y el lavavajillas.

Distribución más ergonómica: El fregadero a 40 cm como mínimo, junto con una encimera estándar rodeada de elementos (¡y, ante todo, sin esquinas!) y el lavavajillas cerca (situado a la izquierda del fregadero para personas diestras y a la derecha para personas zurdas).

Ventaja: Ahorro de tiempo, acciones y energía en las tareas cotidianas de lavado y almacenaje de la vajilla.

Solución ideal: Centralizar en un espacio el fregadero, el cubo de basura, el lavavajillas y las zonas de almacenaje de la vajilla.

De este modo, el recorrido de los platos sucios se estructura fácilmente en 3 tiempos y 3 movimientos: colocación en la encimera, paso por el cubo de basura para tirar los restos, enjuague en el fregadero si procede e introducción en el lavavajillas. Un itinerario sencillo y rápido que no requiere cambiar de mano. Y, para guardar la vajilla limpia, basta con seguir el mismo procedimiento en sentido inverso.

Extras para ganar en organización:

Un mueble bajo corredero grande para los platos con un cajón para cubiertos encima: basta con colocarlos al lado o enfrente del lavavajillas para que, con un solo movimiento, puedas vaciar el uno y llenar los otros. Cacerolas bien apiladas y sujetas, cubiertos y utensilios clasificados adecuadamente en sus compartimentos modulables, ¡todo se coloca en su sitio (prácticamente) sin esfuerzo!

Un cacerolero con un cajón a la inglesa: una solución sumamente útil y ergonómica que permite guardar juntas, no solo las cacerolas y las ollas, sino también las tapas, las sartenes y esos utensilios tan difíciles de almacenar y a la vez tan prácticos como coladores, chinos, batidores de mano, etc. Y ello, gracias al cajón a la inglesa oculto en el cacerolero corredero, fácilmente accesible y que, por supuesto, ¡se desliza solo incluso a plena carga!