10 consejos para una Navidad ecorresponsable

1. ¿Calendario de Adviento…? ¡Sí, pero reutilizable!

Adoptar una actitud ecorresponsable a la hora de organizar las fiestas de fin de año no significa que haya que renunciar al disfrute de las tradiciones. El calendario de Adviento, por ejemplo, constituye una de las costumbres más esperadas —con deleite— por muchos niños y niñas. Sin embargo, ¡en lugar de comprar por enésima vez otro calendario de cartón en una gran superficie, puedes optar por un modelo de madera o de tela! O mejor aún: hazte uno de fieltro, por ejemplo… En la red abundan los tutoriales para diseñar calendarios de Adviento. ¡Elige el más acorde con tus gustos! Además de la satisfacción de hacerlo con tus propias manos, podrás reutilizarlo el año que viene y —lo mejor de todo— ¡escoger los dulces que vayas a poner en él!

En tu cajón de material de bricolaje encontrarás cosas con las que elaborar tu calendario de Adviento.

2. ¡Sí, sí, papel de regalo de elaboración casera!

A la hora de envolver los regalos que vayas a poner debajo del árbol, se acabó usar el clásico papel de regalo comprado en la tienda. Existen múltiples alternativas que te permitirán reciclar papel ya impreso y ser original al mismo tiempo. ¿Por qué no confeccionar papel de regalo con páginas de revistas? ¿O con papel de periódico? ¡Seguro que tus allegados se quedan boquiabiertos al descubrir tu talento artístico, ya verás! También puedes inspirarte en el furoshiki, una técnica japonesa para envolver objetos con tela. Y, ¡cómo no!, puedes utilizar restos de tela o ropa que vayas a tirar.

Envoltorio de regalo con tela de Ecovan

3. Decoración navideña 100 % natural

Decorar el interior de nuestras casas con los colores de la Navidad respetando el medio ambiente no requiere grandes medios, sino únicamente un poco de maña, ingenio y tiempo. ¡Echa un vistazo a tu alrededor! La naturaleza está repleta de materiales que basta con recoger: hojas, flores, ramas, etc.

Utiliza materiales naturales como cordeles, rafia, fieltro delgado o lana para crear preciosos adornos para colgar y objetos decorativos con detalles naturales. Con un poco de ingenio, te resultará fácil crear una corona decorativa y colgar piñas en el árbol a modo de bolas navideñas.

4. Un nuevo concepto de árbol de Navidad

No hay fiestas de fin de año sin árbol. ¡Y, en este contexto, todos los años se plantea la cuestión del medio ambiente! ¿Qué hacer con este símbolo de la Navidad? ¿Hay que comprar un árbol artificial y reutilizarlo año tras año como hacen un millón de franceses, por ejemplo? ¿O es preferible comprar un árbol natural en un vivero o una tienda de plantas? Y, en este último caso, ¿hay que escoger un árbol ya cortado, lo que no resulta muy ecológico…? Si te inclinas por esta opción, intenta por lo menos conocer su procedencia, para evitar que tu árbol haya tenido que recorrer miles de kilómetros hasta el lugar de honor desde el que presida tu salón. Otra posibilidad —la más ecorresponsable— es comprar uno plantado en maceta y replantarlo en tu jardín pasadas las fiestas. A día de hoy existen sitios web como Mi árbol de Navidad, en los que se ofrece un servicio de entrega de árboles a domicilio que se recogen y replantan o reciclan después de las fiestas.

5. Regalos respetuosos con el medio ambiente

Ya tenemos lista la decoración y hemos escogido el árbol. Pero ¿qué podemos poner debajo de él sin alejarnos de esta perspectiva ecológica? ¡Plantéate hacer regalos respetuosos con el medio ambiente! ¿Que cómo? En primer lugar, optando por regalos útiles y productos que generen cero residuos. Hay que evitar a toda costa los regalos con exceso de envoltorios e intentar apoyar el comercio de proximidad. Así será menos probable que acabes comprando productos venidos de muy lejos cuyo transporte contribuya considerablemente a seguir contaminando el planeta. No te olvides tampoco de todas las marcas que ofrecen artículos o ropa de segunda mano y que constituyen un sector en constante desarrollo y profesionalización. Encontrarás cientos de ideas de regalos beneficiosas tanto para el planeta como para tu bolsillo. Y aparte de las ofertas en tienda, también puedes encontrar sitios web útiles en este sentido. Un ejemplo es el sitio web Regalos Ecológicos.

Ropa de cama ecológica de Koko Klim

Si te apetece regalar ropa de cama o textiles para el hogar, echa un vistazo a Koko Klim que trabaja con tejidos naturales como el lino, el algodón orgánico o la lana de alpaca. Todos sus productos están fabricados de forma ética y sostenible en pequeños talleres artesanales. Son prendas libres de tintes y químicos artificiales, agradables al tacto, transpirables y absorbentes. Trabajan con proveedores certificados para garantizar la calidad ecológica de las materias primas, una fabricación social y un impacto ambiental responsable.

Cesta para gatos de Muskhane.

Muskhane, por su parte, apuesta por el fieltro, que dicha marca utiliza en una amplia gama de productos, desde cestas a alfombras, pasando por maceteros o cestas para gatos.

Si quieres apostar por regalos de segunda mano, la Fundación Humana permite comprar artículos de segunda mano manteniendo, al mismo tiempo, una actitud solidaria.

6. Regalos de elaboración casera

Para aquellas personas a las que se les dan bien las manualidades, existen multitud de posibilidades de hacer regalos fabricados con sus propias manos sin decepcionar a sus destinatarios. Cuando pensamos en «regalos de elaboración casera», nos viene a la mente la imagen del collar de macarrones o del portalápices deforme de barro que hacen los niños para el Día de la Madre. Borra esta imagen de tu cabeza y piensa en las innumerables ideas de objetos para hacer con tus propias manos que encontrarás en la web. ¡Verás que, con paciencia, se pueden hacer milagros! Entre los ineludibles, tienes el gorro de punto para papá, la vela perfumada para la abuela ¡o incluso la pulsera para mamá!

7. Una Navidad marcada por la solidaridad

Ser respetuosos con el medio ambiente implica también ser respetuosos con las personas que habitan el planeta, no todas las cuales tienen la suerte de pasar unas felices fiestas de fin de año. Si quieres reequilibrar las cosas y redistribuir un poco de la suerte que tienes, puedes dedicar algo de tu tiempo a participar en la labor de las numerosas asociaciones que cada día trabajan para ayudar a las personas más desfavorecidas. Si lo prefieres, también puedes donar alimentos o regalos para ayudar a este tipo de entidades a organizar una cena de Nochebuena para personas en situación de aislamiento o necesidad.

8. Guirnaldas de bajo consumo energético

¡La Navidad es, en cierta medida, la fiesta de las luces! Así que, para que tu factura eléctrica no se dispare y, sobre todo, para reducir el despilfarro de energía, plantéate decorar tu árbol de Navidad con guirnaldas de luces LED, cuyo consumo energético es mucho menor que el de las bombillas tradicionales. Si eres de aquellas personas aficionadas a la decoración de fachadas, opta en la medida de lo posible por modelos que funcionen con energía solar. Por último, no hay nada como las velas de cera vegetal para crear un ambiente cálido y festivo durante las fiestas de fin de año.

9. Un menú delicioso… ¡pero de temporada!

Para qué vamos a negarlo: las fiestas de fin de año constituyen también la ocasión de disfrutar juntos de una buena comida en familia saboreando productos que no necesariamente comemos a diario. En este caso, no se trata de replantear la tradición gastronómica tan arraigada en nuestro país, sino de adaptarla un poquito para que sea más compatible con la protección del medio ambiente. En primer lugar, no te olvides de comprobar el origen de tus productos, intentando, en la medida de lo posible, optar preferiblemente por marcas o denominaciones de origen protegidas que garanticen la procedencia y la calidad de alimentos como la carne, el pescado o el queso. Para tus guarniciones, apuesta por verduras ecológicas de temporada procedentes de la agricultura de proximidad.

10. Personalizar la ropa

¡No hace falta salir corriendo a un centro comercial para buscar un traje de fiesta! ¡Basta con que abras el armario y dediques tiempo a hacer un inventario de la ropa que tienes y de la que probablemente te habías olvidado! Si a pesar de todo no encuentras nada que te convenza, recurre a tu talento de estilista. Unos complementos suelen ser suficientes para aportar algo de gracia a un atuendo excesivamente clásico.