En una época en la que todo va cada vez más deprisa (incluso demasiado) se viene imponiendo, desde hace años ya, una nueva tendencia: el movimiento slow food. Dicho movimiento, que va ganando cada vez más adeptos en todo el mundo, invita a tomarse tiempo para vivir y consumir, respetar los productos y a los productores locales y optar preferiblemente por productos saludables y de temporada. Por ello, Schmidt quiere ayudarte a conocer esta tendencia ofreciéndote algunos consejos útiles para que la incorpores en tu día a día.

Catálogo Schmidt 2024

¿Cuál es el origen del movimiento slow food?

El movimiento slow food nace en Italia en 1986, impulsado por el periodista, sociólogo y crítico gastronómico Carlo Petrini. Esta tendencia surge como reacción frente a la proliferación de nuevas modalidades de la llamada restauración de comida rápida que van alterando poco a poco los hábitos de los consumidores. A raíz de ello, un grupo de amigos residente en la región de Las Langhe, en el norte de Italia, decide aunar esfuerzos para proteger su pasión común por la buena alimentación, la comida local y el placer de reunirse en torno a una buena mesa. Este grupo de amigos, constituido por sociólogos, enólogos, historiadores, etc., crea así una asociación bautizada como Arcigola, de la que Carlo Petrini se convierte en presidente.

El mismo año de su creación, dicha asociación es testigo de la apertura, en pleno centro de Roma, de uno de los primeros restaurantes McDonald’s de Italia. Como reacción a ello, la asociación decide ofrecer una verdadera alternativa a la restauración de comida rápida en la que abunden los alimentos de temporada, los productos locales, la elaboración casera y el consumo responsable. Esta iniciativa recibe una buena acogida por gran parte de la población italiana y, poco después, por consumidores de todo el mundo. Por ello, Arcigola cambia rápidamente su nombre por el de Slow Food para poder aumentar el alcance de su labor. La asociación internacional Slow Food por su parte, se funda en Francia en 1989.

consommation locale et responsable : l'alternative à la restauration rapide

¿En qué consiste este movimiento?

El movimiento slow food otorga prioridad al consumo de productos locales, la elaboración casera y los alimentos de temporada, todo ello con el fin de proteger la biodiversidad, la gastronomía local y a los productores locales. Concretamente, los integrantes del movimiento slow food se reúnen periódicamente en sus círculos locales, denominados convivia (en singular, convivium). Estas asociaciones autónomas constituyen la base del movimiento, establecen contacto con los productores locales, promocionan los productos de la zona y organizan degustaciones, seminarios, etc.

Por tanto, el movimiento tiene diversos objetivos:

  • Desarrollar una labor de oposición a la restauración de comida rápida y la industria agroalimentaria, tendentes a la uniformización de gustos;
  • Ayudar a los productores locales que ofrecen productos de calidad;
  • Defender la biodiversidad alimentaria;
  • Promover los beneficios de una alimentación saludable y de origen local;
  • Fomentar el consumo responsable y el turismo respetuoso con el medio ambiente;
  • Preservar las tradiciones culinarias;
  • Educar el paladar;
  • Promover el disfrute de la buena mesa.

Así pues, los valores del movimiento slow food se estructuran en torno a los conceptos de compartir y preservar la gastronomía. Los integrantes de dicho movimiento hacen hincapié, no solo en el consumo responsable de productos locales, sino también en la protección de los pequeños productores y la utilización de alimentos de temporada.

consommer local et fais maison, légumes locaux

¿Por qué y cómo incorporar esta tendencia en nuestro día a día?

La tendencia slow food es mucho más que una manera de comer o consumir y constituye, ante todo, una filosofía de vida que nos invita a tomarnos nuestro tiempo para escoger y preparar los alimentos, compartirlos con nuestros allegados, descubrir o redescubrir sabores, así como conocimientos y técnicas locales, etc.

Slow Food, manger sains : plats fait maison

Además de consumir de forma responsable y equilibrada, optar por la filosofía slow food nos permite cuidarnos y cuidar el medio ambiente. Para ello, basta con lo siguiente:

  • Tomarse su tiempo para seleccionar los alimentos acudiendo al mercado o a productores locales;
  • Cocinar en casa, preferiblemente despacio y a fuego lento;
  • Recuperar platos de toda la vida adaptándolos a los gustos actuales;
  • Disfrutar de las comidas en familia o con amigos;
  • Disponer la mesa adecuadamente para realzar el valor de los productos locales;
  • Tomarse su tiempo para comer y evitar distracciones externas (TV, smartphone, etc.);

Redescubrir los colores, las texturas y los sabores de los alimentos.

Slow food : panier contenant un repas seins construite de fruits et légumes

Al adoptar la filosofía slow food como modo de vida, accederás a técnicas y conocimientos ancestrales. La preparación de tarros de conserva, por ejemplo, constituye una parte integrante de los hábitos que deben recuperarse. La filosofía slow food es compatible asimismo con la tendencia actual de cocinar por tandas. En lugar de comer deprisa y corriendo, se trata de dedicar tiempo, un día a la semana, a cocinar todas tus comidas por adelantado, o lo que es lo mismo: disfrutar de una comida sana, de origen local y responsable pese a la falta de tiempo.

Bocaux le Parfait pour conserver les aliments

Y lo que es más: el movimiento slow food forma parte de un movimiento aún más importante denominado slow life. Se trata de un modo de vida consistente en tomarse su tiempo, no solamente en la cocina, sino también en la vida cotidiana, en la oficina, con la familia, los amigos, etc., constituyendo un movimiento que abarca hasta la decoración de interior.

La decoración slow es un estilo cada vez más apreciado en los hogares de todo el mundo que se basa en los siguientes principios:

  • Optar preferiblemente por materiales naturales, reciclables y respetuosos con el medio ambiente;
  • Informarse sobre la fabricación de los objetos con el fin de garantizar que se haya realizado en condiciones de trabajo y remuneración adecuadas;
  • Optar, en la medida de lo posible, por el reciclaje y por objetos de segunda mano;
  • Optar por una decoración minimalista;
  • Incorporar plantas de interior en la decoración, tanto por sus cualidades estéticas como por su capacidad para sanear el ambiente.

Así pues, la tendencia slow tiene su reflejo en numerosos ámbitos, como la gastronomía, la decoración, el trabajo, los viajes y otras muchas esferas. Se trata de un movimiento que, de año en año, gana cada vez más adeptos entre quienes se preocupan por los efectos nocivos para el planeta de nuestros ritmos de vida desenfrenados.Slow déco : Salon Origin avec des matériaux durable et des façades 100% recyclées

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